Método de tratamiento de varices sin cirugía y remedios caseros

¡Varices me deprimieron! Siempre pensé que solo las mujeres lo sufrían. Luché con ellas usando todos los métodos disponibles para el hombre común, incluso llegué a cirugía. Pero de las venas varicosas me salvó otra cosa, se lo contaré en adelante.

Sobre mí y las venas varicosas

Toda mi vida trabajé como un maldito mientras la salud me lo permitía. A los 40 años ya había conseguido una hernia, un departamento de una habitación y un auto de segunda mano. Luego decidí subir más en la lista de las personas más ricas del planeta: comencé a trabajar para mí mismo y me dediqué a las reformas de departamentos. Trabajaba, el negocio iba poco a poco mejorando hasta que comenzaron los problemas con las piernas.

Comenzaron a hincharse, cansarse durante varias horas de trabajo y temblaban por la noche como si me hubieran arrojado un cable de 220 voltios. Las venas comenzaron a sobresalir y aparecieron las arañas. La respuesta a la pregunta '¿qué demonios es?' me dio Internet: varices. Pero ni diablo borracho sabría qué hacer. Unos escriben que hay que acudir urgentemente al médico, luego aquellos que ya estaban en el médico dicen que el tratamiento no ayuda. Eligí probar los métodos populares.

Nos tratamos en casa

Como un tonto en unos días usé toda la miel que estaba en casa. Lo que estaba haciendo: lo ponía en un paño y envolvía las piernas para un par de horas. Todo la miel se acabó, pero sin sentido. Pasé a usar el repollo.

El principio es aproximadamente el mismo, era necesario envolver las piernas con hojas de repollo batidas. Me sentí loco. Vamos. No hacer nada tampoco era una opción, el trabajo se paró debido a estas malditas varices, los clientes me llamaron cada hora.

Al darme cuenta de que el repollo no servía para nada, comencé a tomar un baño agregando unas gotas de aceite esencial. De dónde lo tengo – no sé, será que el mismo Dios del cielo me lo presentó. Y en algún foro leí que las varices tienen mucho miedo al limón. Después de un rato compré todo el limón en la tienda más cercana, que luego sufrió el mismo destino que el repollo.

Después de casi DOS MESES de acoso por productos, me di cuenta de que no había mejorado, solo empeoraba. Todos los pedidos en el trabajo tuvieron que ser rechazados, terminé uno de alguna manera y cerré temporalmente mi negocio. Tenía que hacer algo urgente con las piernas.

Lo primero que me horrorizó fue cuando miré las piernas, vi que habían sobresalido muchas venas. El segundo eran algunas manchas oscuras que no había visto antes. Dejando a un lado todos los prejuicios del foro de que los médicos no ayudan, fui al hospital.

Curado, bueno, casi

La mujer en la ventana me mandó a un médico flebólogo. Me hizo un examen, se asustó un par de veces, tocó las venas y luego habló. Comenzó con lo que me esperaba en el futuro, si no intervenía rápidamente en la situación: trombosis, que puede causar una interrupción en el suministro de sangre al cerebro o al corazón, y poner en peligro la vida. Y lo más inofensivo que puede suceder son las úlceras en los pies.

Para no morir repentinamente de varices, acepté una cirugía antes de la cual tuve que someterme a un examen. Pronto supe que era apto para la cirugía y me fijaron una fecha para 'cortarme'.

Bueno, así bromeo. La operación fue casi indolora, realizada bajo anestesia. Pero el período de rehabilitación es peor que la cirugía.

Durante un mes me senté sin trabajo con las piernas afeitadas. Tragaba las pastillas que el médico me había recetado y llevaba ropa interior de compresión, o sea, medias. Todavía tenía que visitar periódicamente al médico, él miraba si todo iba según lo planeado. Al final del período de rehabilitación, el médico me dio un montón de recomendaciones y prohibiciones.

Hola, varices

Y finalmente volví al trabajo. No dolía nada, a veces tenía una sensación extraña en las piernas, lo que no es muy extraño, pensé, si había tenido una operación. Trabajé, entonces, un mes, otro y de nuevo sentí pesadez en las piernas. No estropeé los productos esta vez, corrí inmediatamente al médico.

La cara desconcertada del médico también me desconcertó. Él murmuró algo, me preguntó si había violado sus recomendaciones. Prescribió varios medicamentos y sugerió una operación con láser, más moderna. Tuve algunas preguntas: ¿por qué no se hizo de inmediato? ¿Esta vez la cirugía ayudará sin falta?

En seguida recordé las palabras de la gente en el foro, todas sus declaraciones sobre los médicos. En resumen, decidí buscar otro método de tratamiento.

Una mano de ayuda

Apenas de pie, seguí trabajando, me alimenté de algo. Compré los medicamentos recetados por ese médico, no tenían sentido, pero había algo de tranquilidad de ellos.

Una vez sonó el teléfono. Lo cogí y escuché la voz de una mujer. Otro pedido, reforma en el dormitorio. Llegué a la instalación, lo discutimos todo, compré el material y comencé a trabajar. Me dolían las piernas más que nunca, pero necesitaba dinero, porque soy una persona viva.

Trabajé con descansos frecuentes, durante los cuales esta mujer me preparaba té y se sentaba conmigo a la mesa para discutir nuestra vida pecaminosa. Y aquí dijo que antes también sufría de varices, hasta que tomó el curso de Veinex. Mis oídos se agacharon, mi lengua se desató. Averigué dónde se podía pedirlo y me pedí un paquete cuando llegué a casa.

Después de unos días recibo el paquete de Veinex. Maldito sea, incluso el embalaje en sí decía que el problema era femenino. Pero como dicen, en la guerra todos los medios son buenos, así que leí las instrucciones y comencé el curso.

Increíble

¡Increíble, después de unos días, me hizo más fácil trabajar! Todo esto lo compartí con la misma mujer que solo respondía: 'Te dije que este remedio funciona'. Todos los medicamentos recetados por el médico dejaron de darme la tranquilidad y fueron a la basura.

Los dolores en las piernas se pasaron después de una semana, pero permanecer de pie durante mucho tiempo todavía era difícil. Al menos así, pensé. Pero todo el curso estaba todavía por delante.

Estaba terminando la reforma para esa mujer ya confiadamente de pie. La agradecí lo mejor que pude, tomé menos dinero por mi trabajo y me fui a otra instalación.

Allí el trabajo fue más serio, fue necesario demoler un par de paredes y construir otras nuevas. Corrí allí como loco unas semanas sin hacerme días de descanso. Y quiero señalar que las piernas no me dolían en absoluto. Se me cansaron, sí, pero no como en una persona con varices. Todo fue como antes. Estoy trabajando, las piernas me mantienen de pie.

Las arañas desaparecieron, casi no quedó ninguna. Después del curso, compararía mis piernas con las de la portada de las revistas. Después de unos meses de trabajo duro, puedo decir que las varices están vencidas. No regresaron como lo fue después de la cirugía.

Queridas mujeres y hombres que sufren de varices, tienen mucha suerte de haber leído mi historia. Aquí hay un enlace al remedio, trátense.

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